Como tenemos días buenos también tenemos días malos, pero todo esta en como afrontamos nuestros problemas y que cara ponemos ante la adversidad. O me pongo las pilas o me descargo! O veo el vaso medio lleno o medio vacío.. es NUESTRA elección.
Mi caso no es nada fuera de lo común. Como todos, yo también tengo días en que todo me sale mal, en los cuales siento y pienso que de verdad el universo conspira para que TODO salga mal, y bueno ese es el error #1. Al estar pensando y clavandote en todo lo negativo que te esta sucediendo en ese momento, empiezas a atraer cosas del mismo tipo... cosas negativas. En cambio, si desde el primer suceso negativo de nuestro día decidimos verlo y afrontarlo de una manera positiva, notaremos como los obstáculos del resto de nuestro día serán solo eso.. obstáculos y ya no problemas ni sentimientos negativos. No dejes que un suceso negativo cambie todo tu día y te haga caer, sacúdete y sigue adelante!
Un ejemplo: Si en la mañana te levantaste tarde, se te cae el café sobre la blusa, se te olvida algo y te tienes que regresar y claro.. llegas tarde a donde vayas (trabajo etc) piensa que el universo quiso que tardaras más, sacúdete lo negativo, úsalo como escalón; riete de todo lo que pasó y continúa tu día con una sonrisa, al cabo que es lo peor que puede pasar? Yo hago algo muy seguido, de hecho cada mañana que me acuerdo, es agradecer por todo lo que tengo, y dejar de quejarme por lo que no. Todo está en como veas el vaso.. medio lleno o medio vacío!
Esta reflexión me la copié del face de mi buen amigo Poncho, un claro ejemplo de sacudirse lo malo y transformarlo a bueno.
Vive Feliz, Besos!
Se cuenta de cierto campesino que tenía una mula ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca.
El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.
El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y los enlistó para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo.
Al principio, la mula se puso histérica.
Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una palada de tierra cayera sobre sus lomos... ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!
Esto hizo la mula palazo tras palazo.
Sacúdete y sube. Sacúdete y sube. Sacúdete y sube!! Repetía la mula para alentarse a sí misma.
No importaba cuán dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando de nivel el piso.
Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo.
La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.
El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.
El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y los enlistó para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo.
Al principio, la mula se puso histérica.
Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una palada de tierra cayera sobre sus lomos... ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!
Esto hizo la mula palazo tras palazo.
Sacúdete y sube. Sacúdete y sube. Sacúdete y sube!! Repetía la mula para alentarse a sí misma.
No importaba cuán dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando de nivel el piso.
Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo.
La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.
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